“Distrito salvaje”: un “thriller” con factura colombiana

La corrupción, la política y el conflicto del país son los elementos de los que se alimenta esta propuesta audiovisual que pretende mostrar que siempre hay dos versiones en una historia.

Lilian Contreras Fajardo
01 de octubre de 2018 - 02:00 a. m.
La serie “Distrito salvaje” no es sobre el conflicto armado, más bien el contexto colombiano fue útil para crear el personaje de Jhon Jeiver, interpretado por Juan Pablo Raba. / Cortesía
La serie “Distrito salvaje” no es sobre el conflicto armado, más bien el contexto colombiano fue útil para crear el personaje de Jhon Jeiver, interpretado por Juan Pablo Raba. / Cortesía

Jhon Jeiver domina la jungla, pero no la ciudad a la que acaba de llegar. A los 13 años se incorporó a un grupo armado y ahora aprovecha la oportunidad que le ofrece el país para iniciar una nueva vida. Pero no es fácil, pues tanto él como el televidente de “Distrito salvaje” se da rán cuenta de que en esta historia de guerra, si se escucha a las dos partes, es difícil señalar con el dedo quién es el bueno y quién el malo, porque cada quien tiene su código moral y los personajes no están pintados en blanco o negro. (Le puede interesar: Los lazos entre Dynamo y Netflix: el gran cambio audiovisual en Colombia está por venir).

Cristian Conti, creador de esta serie de acción, suspenso y política que se estrena el 19 de octubre, la primera que Colombia produce originalmente para Netflix, dice que su idea se inspira en los thrillers sobre personajes infiltrados que deben luchar contra la dualidad de la personalidad. Es justamente a lo que se enfrenta el protagonista, quien luego de vivir 25 años en la selva se convierte, por decirlo de algún modo, en “marciano”, pues llega a Bogotá, una ciudad “tan pujante e intensa que a veces a los bogotanos mismos les sorprende el ritmo”. (Puede leer también: "Siempre bruja", segunda serie original de Colombia en Netflix, comenzó rodaje en Bogotá).

Interpretado por Juan Pablo Raba, Jeiver es un hombre altamente entrenado, en un principio por un grupo armado ilegal y luego por las fuerzas especiales, que para sobrevivir en la ciudad debe adaptarse y aceptar las condiciones de las personas que lo tratan como un premio, un trofeo que se termina rifando entre las diferentes entidades gubernamentales para ponerlo a su servicio.

Yo diría que si hay una característica de John Jeiver es que representa cómo los seres humanos nos tenemos que adaptar a las circunstancias que nos rodean. Y particularmente, para él es mucho más traumático, porque es una persona que nunca ha podido decidir sobre su propia vida”, argumenta el actor.

De acuerdo con Conti, la serie no es una historia sobre el conflicto armado, más bien el contexto colombiano le sirvió para crear un personaje que debe buscar su verdadera identidad. Mientras lo logra, debe trabajar de la mano con la fiscal Daniela León para ayudar a desenmascarar una gran red de corrupción política y urbanística.

Hay circunstancias que lo condicionan a uno en distintos momentos, decisiones equivocadas que lo llevan por caminos equivocados”, dice el realizador español, y se pregunta:¿Quién es más corrupto: el que construyó mal el puente o el que asesinó por orden de otro?”.

Las palabras de Raba son mucho más fuertes, pues sin titubeos dice: “Los verdaderos malos son los que están en el poder, los políticos corruptos que le quitan la esperanza a la gente, pero que por algún motivo es como si no pudiéramos pelear contra ellos”. Esa es justo la historia que se cuenta en Distrito salvaje a través de los ojos de John Jeiver, quien poco a poco entiende cómo funciona la red de corrupción en Bogotá. (Puede ver también: Primer avance de la serie de Netflix “Nicky Jam, El Ganador”).

Durante su vida en la ciudad, este hombre establece una relación sentimental con Verónica (Paula Castaño), una mujer que, aunque no conoce su historial, decide darle una oportunidad porque es un ser humano más real que muchos otros hombres con los que ha estado.

Pero realmente con quien comparte el protagonismo de la serie es el personaje de Cristina Umaña, la fiscal, quien para Raba es la verdadera protagonista de la serie, “porque representa lo que la política debería ser, es a lo que debería aspirar la política de este país, la única opción que tiene este país: la honestidad, los valores y querer terminar con la corrupción”.

Distrito salvaje” es el primer thriller de factura colombiana que se estrena en Netflix, plataforma que ha lanzado otras producciones grabadas en el país, pero que son ideas extrajeras. La serie, producida por Dynamo, consta de diez episodios. Conti, un español que tiene gran relación con Colombia debido a su trabajo, dice que otro de sus objetivos es mostrar una Bogotá que a veces es “opresiva y ruidosa”, otras veces “sofisticada, vibrante, cosmopolita”. Algo que quedó registrado en las escenas rodadas en el centro y en los pisos muy altos de los edificios de la zona, justamente donde se ubica la sede de la Fiscalía que pretende ser tan majestuosa como la ciudad.

Dynamo, que lleva más de una década trabajando con Netflix, conoce perfectamente la importancia de encontrar “un concepto universal” que llame la atención de los espectadores, así como lo hicieron con “Narcos” y recientemente con la española “La casa de papel”. Pero además de dicho concepto, que es el de alguien que se siente como un marciano en cualquier situación y lugar de la vida, la serie tiene el objetivo de entretener y, por qué no, provocar reflexión sobre un tema tan mundial como la corrupción.

Para Juan Pablo Raba, “Distrito salvaje” es atractiva para el televidente porque es una historia humana que ofrece la posibilidad de conocer un poco más del conflicto armado más largo de este hemisferio, así como el tema de los reinsertados.

Lo más bonito de la historia es ver cómo los opuestos John Jeiver y la fiscal León —ella es quien le paga para que él la ayude a desenmascarar a los políticos corruptos—, irremediablemente van a terminar uniéndose. Y lo que pase en esa unión puede ser fantástico”, sostiene el actor, quien en ningún momento califica a su personaje como héroe y sabe que la serie provocará debate, confrontación, conversación. También aclara que la historia de acción y aventura no es una apología de nadie. “No pretendemos ser un docudrama ni un espejo de la realidad. Simplemente es acción con el contexto de país y complejidades que tenemos para que la gente se entretenga”.

Por Lilian Contreras Fajardo

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